REVELACIÓN

Dando voz a José – Una introducción

Joan parecía triste y preocupada.

Durante siete años había tenido la suerte de aprender de esta extraordinaria mujer que se había convertido en mi maestra espiritual. Me había reunido con ella cada semana a lo largo de ese tiempo y ella me había ayudado a desarrollar mis dones mediúmnicos y prepararme para las demostraciones, talleres y conferencias que estaban destinadas a formar parte de mi vida, junto con las miles de “lecturas” individuales que posteriormente realizaría, tanto en mi propia casa como en las casas de aquellos que requerían información y tranquilidad de “más allá del velo”.

Esos siete años fueron, por esta noche en particular, un recuerdo lejano. Mientras charlaba con ella alrededor de su acogedora chimenea, ya había trabajado profesionalmente como médium, a nivel nacional e internacional (a través de lecturas postales solicitadas de todo el mundo), durante varios años. Consideraba a Joan como una de mis amigas más cercanas, más cercana incluso que mi familia, un miembro de mi grupo de almas y una guía y maestra dedicada que siempre había estado allí para mí en tiempos difíciles. En esta noche, sin embargo, fue ella quien pareció preocupada al recordar una serie de eventos que obviamente todavía le causaban dolor y que, a pesar de haber discutido todos los aspectos de su pasado conmigo, nunca había mencionado hasta ahora.

Joan había tenido un amigo cercano, ahora difunto, con quien se había sentado para la comunicación de trance espiritual en privado durante un período considerable de tiempo. Betty había escrito concienzudamente las comunicaciones que Joan traía durante estas sesiones a mano larga, con Joan recordando poco o nada de lo que había dicho una vez que terminaron, confiando totalmente en Betty para grabar comunicaciones que esperaba que algún día estuvieran disponibles para una audiencia mucho más amplia. Mientras Joan estaba en trance, un guía espiritual, un alma que siempre se le aparecía vestida con una túnica roja, hablaba a través de mi maestra y les daba a las dos damas todo tipo de información de vital importancia para la humanidad: información sobre quiénes y qué somos realmente y por qué estamos aquí; información que respondió a las preguntas espirituales fundamentales que cada uno de nosotros hace en algún momento de nuestras vidas.

Por lo tanto, fue un duro golpe para Joan cuando Betty murió repentinamente. Había perdido a una de sus amigas más cercanas y, por supuesto, no podía haber más sesiones de trance entre las dos damas. ¡Gracias a Dios Betty había escrito las palabras del “Hombre de Rojo” con tanta diligencia! Betty podría haber seguido adelante, pero su legado todavía estaba aquí: un registro único y precioso que necesitaba ser preservado y puesto a disposición a toda costa.

Después del servicio el día del funeral de Betty, Joan le preguntó cortésmente a la hija de su amiga si podría tener el volumen que había producido junto con su madre, ya que era de considerable importancia para ella. La hija de Betty, miembro celoso de cierto grupo religioso, respondió que había leído el libro de su madre, que obviamente era obra del diablo, y que, por lo tanto, lo había arrojado al fondo del fuego donde pertenecía, feliz de haber entregado un destino apropiado a un objeto tan malvado.

Joan se había afligido por la pérdida del libro y la información que contenía desde ese día. Sin embargo, cuando me contó su historia por primera vez, una idea se formó lentamente en mi mente y comencé a preguntarme si la información que contenía el libro realmente se había perdido para siempre. Después de todo, yo era un médium experimentado, y siempre había sido mi deseo proporcionar a la humanidad algo más que mensajes clarividentes de los miembros de la familia; algo duradero al que pudieran acceder las generaciones futuras, por lo que había insistido en incorporar talleres y conferencias en una cuota de trabajo que durante muchos años había presentado en gran medida las lecturas clarividentes íntimas y las demostraciones públicas de “mensajes” que la gente inevitablemente deseaba que les proporcionara.

¿Qué pasaría si  pudiera sentarme para volver a contactar y grabar las comunicaciones de ‘The Man In Red’? ¿Por qué no? No era un médium de trance en ese momento (esa habilidad se desarrollaría más tarde, y estaba destinada a desempeñar un papel importante en la transmisión de más libros de la serie), pero no vi ninguna razón por la que no se pudiera acceder a las comunicaciones con clarividencia, es decir, conmigo escuchando lo que el espíritu tenía que decir y transmitiendo su mensaje a otra persona mientras estaba en control consciente de mis facultades mentales. Era como si alguien invisible me estuviera incitando a considerar esto en ese momento, y allí y luego le sugerí a Joan que estaba dispuesta a dedicar tiempo para ver si podía hacerlo realidad. Joan estaba muy entusiasmada y dijo que deberíamos comenzar a sentarnos juntos pronto. Yo, sin embargo, tenía la sensación definitiva de que en lugar de trabajar con ella en este proyecto, como normalmente habría hecho sin lugar a dudas, esta vez debería sentarme con mi amigo cercano, socio comercial y compañero de búsqueda espiritual David, quien había expresado su deseo de unirse a mí en un esfuerzo espiritual significativo durante algún tiempo.

David estaba tan entusiasmado con la posibilidad de llevar a cabo algo de valor real para las personas como yo y, a pesar de nuestros agitados horarios de trabajo individuales en ese momento, horarios que se volverían cada vez más exigentes a medida que pasaban los meses y los años, reservamos una tarde inicial para ver qué pasaría.

En ese momento, David trabajaba desde casa en una habitación del ático, que contenía las computadoras y el equipo relacionado, era experto en programación y operación. Subimos la pequeña escalera al espacio del techo, instalamos una grabadora de cinta de casete (¡cómo han cambiado los tiempos!), apagamos las luces y nos retiramos de este mundo hacia la paz de una meditación espiritual. Al instante me di cuenta de que alguien que se acercaba mucho a mí desde las dimensiones espirituales, un caballero rodeado de un aura brillante de energía roja que deseaba hablarme, y así, habiendo orado primero para que toda la comunicación que pudiera llegar a nosotros esa tarde llegara a través de la voluntad y aprobación divinas, entregué mis sentidos a este espíritu tanto como pude y comencé a traer a través de una corriente de información.

Veinte minutos más tarde, exhausto, desorientado, pero también eufórico, lentamente devolví mis sentidos a este mundo físico y David y yo descubrimos que habíamos grabado con éxito un primer corto ‘boletín del más allá’, que David inmediatamente copió a su computadora, también grabándolo en un par de CD para que cada uno de nosotros tuviera una copia. ¡De ninguna manera la información se perdería o destruiría esta vez!

En los meses y años siguientes nos reunimos tan regularmente como el tiempo nos permitió para comunicarnos con ‘The Man In Red’ como lo llamábamos. Tratamos de cumplir con un horario preestablecido, realmente lo hicimos, pero las comunicaciones, que gradualmente se hicieron más largas, necesitaban, necesariamente, caer en nuestras pesadas cargas de trabajo, e inevitablemente hubo momentos en que uno o ambos de nosotros no pudimos hacer nuestras citas de otro mundo. Sin embargo, logramos reunirnos en varias ocasiones, cada vez reuniendo más información asombrosa de ‘The Man In Red’. Sabíamos que esto eventualmente debería ser recogido en un libro, pero no podíamos imaginar cómo iba a suceder esto, ya que ninguno de nosotros tenía el tiempo para transcribir las palabras de nuestro visitante desencarnado … y un libro es una empresa costosa. Sin embargo, se nos aconsejó desde las dimensiones espirituales que no debíamos preocuparnos y que debíamos mantener la fe y continuar aportando la información. Se encontraría una manera, nos aseguraron.

Unos tres años después de haber hecho ese vínculo inicial con ‘The Man In Red’ llegó un punto crucial que cambió las cosas para siempre, y que se puede resumir en tres pequeñas palabras.

Conocí a Jane.

Jane es, literalmente, mi “otra mitad”, un término que no uso a la ligera o frívolamente, y que se ha vuelto cada vez más significativo y relevante a medida que se han desarrollado físicamente los años desde que nos convertimos en pareja. Jane también había sido una buscadora de iluminación espiritual durante mucho tiempo, y casi desde el momento en que nos reunimos, nuestras metas individuales se fusionaron en una. Asistimos a demostraciones y talleres juntos. Nos sentamos juntos para ayudar a las personas que visitaban nuestra casa, Jane me dio energía adicional para ayudar a la entrega de una comunicación clarividente precisa uno a uno. Además, Jane ahora también comenzó a sentarse con David y conmigo para las sesiones de comunicación posteriores, la adición de sus energías a nuestro pequeño grupo permitió que ‘The Man In Red’ entregara discursos aún más largos cada vez que los tres nos encontrábamos, conmigo mismo como el canal mediúmnico de sus palabras.

En este punto, y después de todo este tiempo, finalmente nos dieron un nombre … ‘The Man In Red’ se presentó, y en adelante sería conocido como…

José.

Además, este espíritu elevado y entusiasta que, a mis ojos psíquicos, anteriormente solo había sido visible como un resplandor rojo indistinto en la periferia de mi visión, de repente se fusionó en un enfoque agudo, tomando la forma mucho más estéticamente agradable de un hombre no demasiado alto y de huesos finos que parecía tener más de cincuenta años, y que lucía una pequeña barba cuidadosamente recortada,  ojos parpadeantes y una ingeniosa elección en túnicas. Posteriormente supimos que José no era, de hecho, el mismo comunicador de esas sesiones originales que Juana había realizado, y que él y yo teníamos una conexión espiritual única y delicada que había estado esperando pacientemente en las alas desde mi nacimiento el momento en que podría activarse para permitir que se entregaran sus mensajes cruciales. La mención de Joan del libro perdido y su tristeza por este giro de los acontecimientos había sido el catalizador espiritualmente planeado que me impulsaría a la acción y activaría la serie de eventos que llevarían a que esta información se pusiera a disposición del mundo. También se explicó el tono rojo de José, tan similar al del comunicador original de Joan, como descubrirá al leer este libro.

La expresión material de las intenciones espirituales del grupo, que incluía planes para libros adicionales, sitios web, CD, podcasts, etc., continuó ganando ritmo. El empleador de Jane en ese momento, Peter, también había examinado varias filosofías espirituales, y Jane sintió que le gustaría escuchar las grabaciones de Joseph. Su reacción al escucharlos fue abrumadoramente positiva y entusiasta. Al igual que nosotros, reconoció que estas sesiones simplemente tenían que ponerse a disposición de una mayor audiencia e instantáneamente se dedicó a la transcripción meticulosa de las comunicaciones en su computadora, una tarea enorme que tardaría semanas en completarse.

Pronto se hizo evidente que habíamos reunido suficiente material para un libro, en realidad el primero de lo que se convertiría en cuatro volúmenes de José. El juego de ajedrez material que presenciamos a nuestro alrededor para darnos los medios y el tiempo para publicar el primer libro de José es una historia que podría llenar un volumen en sí misma. No es mi intención entrar en los detalles complejos y a menudo milagrosos de lo que sucedió aquí. Simplemente diré que el cielo, la Tierra y numerosas montañas se movieron para poner a disposición el título que usted está sosteniendo, durante el cual David, Jane y yo experimentamos cada vez más una armonía única de propósito entre nosotros y formamos la Banda de Luz, un nombre que José sugirió que nos gustaría adoptar para nuestro grupo,  con el fin de poner más información a disposición del mundo a través de una variedad de medios de comunicación.

Entonces, aquí lo tienes – Apocalipsis: Quién eres; Why You’re Here, el primer libro de la  serie Joseph Communications, en el que Joseph habla de la vida, la muerte, el universo y, bueno, sí…  todo. Preparar este título para un formato de libro electrónico (¿mencioné que los tiempos habían cambiado?) más impresiones impresas también nos dio la oportunidad de incluir por fin un capítulo más, Positivo y Negativo, que no había aparecido en el primer sello, pero que José tenía la intención muy obvia de ser una parte integral de Apocalipsis.  Lo positivo y lo negativo habían “caído a través de la red”, por así decirlo, debido a los exigentes y diversos compromisos materiales que teníamos en ese momento, casi todos los cuales ahora han sido abandonados para permitirnos dedicar la mayor parte de nuestro tiempo restante aquí como podamos a poner las palabras de José a disposición de una audiencia cada vez mayor.

Cuando es relevante, las comunicaciones están precedidas por mis notas, que narran nuestro progreso desde esas sesiones iniciales entre David y yo hasta mi reunión con Jane y la eventual formación de la Banda de la Luz, y también dan un poco de información de fondo sobre cada sesión.

Sin embargo, las notas no son importantes.

El mensaje de José es.

Gran parte del material que contienen estas páginas puede ser una sorpresa para ti en un nivel, pero también debería resonar con tu alma en otro. Si sientes que reconoces los conceptos que José está planteando de alguna manera, tienes que recordar que, a nivel del alma, ya los conoces. José simplemente te está poniendo de nuevo en contacto contigo mismo, recordándote de ellos para que puedas traer un nuevo poder y comprensión a tu propia vida, a las vidas de los que te rodean, y a las vidas de los miles de millones de almas – hombres, mujeres y niños – alrededor de este mundo para quienes la vida necesita desesperadamente cambiar para mejor…

… Hoy.

Michael G. Reccia
Introducción revisada, verano de 2012